Consejos
para disfrutar de las vacaciones (Laura Escribano Burgos)
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Todo el año esperando las
vacaciones... playa, campo, pueblo, cualquier sitio es bueno para pasar unos
días de descanso ¿descanso? Sombrilla, paella, arena, mosquitos, hojitas de
pino que se clavan, niños que gritan a la hora de la siesta, “no hay nada mejor
que la familia unidaaaaa” ¡¡Descanso!! Esa es la meta, pero para
conseguirlo debemos poner cierto empeño y planificar una cuantas estrategias.
Las deseadas vacaciones se convierten, a veces, en un abismo para niños y adultos, demasiado tiempo sin estructurar, muchas decisiones para negociar, distintas expectativas y poca rutina que nos delimitaba tiempo y actividades. Así, las vacaciones se pueden convertir en unos días a olvidar cuanto antes.
¡Pero no!
Intentemos poner un poco de orden al caos; os planteamos algunas sugerencias,
que podéis seguir y todos podremos disfrutar como niños.
1.
Haz una lista de cosas necesarias...
Elabora
una lista de todo lo que necesitas tener para que los niños se diviertan,
hazte con un buen libro de juegos o saca del baúl de los recuerdos los de tu
infancia y olvídate del resto ¡Salvo la protección solar!
2.
Desempolva el sentido del humor...
El curso
ha sido largo, en muchas ocasiones se nos ha olvidado reírnos. Piensa que a
cualquier situación le podemos dar la vuelta y desdramatizar el caos con una
sonrisa. No importa tanto el superviaje, como ser consciente de que formas
parte de un momento irrepetible, ríete todo lo que seas capaz. Levanta el pie del acelerador...
No hay prisas, tenlo siempre en la cabeza, ya que a veces se nos olvida y nos aceleramos para llegar a una terraza y tomarnos un refresco. Ni la mejor bebida nos va a refrescar cuando lleguemos carbonizados.
4. Prepara
el viaje…
También
podemos disfrutar durante el trayecto, con un poco de organización podemos
buscar juegos para realizar todos juntos, como el veo-veo, “de La Habana ha
venido un barco”, piedra, papel y tijera, como también hacernos con un
cargamento de, libros de pegatinas, cuentos, puzzles, hojas y pinturas para
las esperas variadas. Evitando así las típicas peleas de hermanos y primos, negativas
a cumplir las normas o la frase reiterativa de “¿cuándo llegamos?”.
5.
Procura planificar...
Los niños
se sienten mejor si conocen lo que va a suceder, mediante calendarios y rutinas
establecidas. Aunque la improvisación es divertida, algunos días todos
echamos en falta tener una guía. También podemos aprovechar esta
planificación para escuchar a todos y dar vía a la negociación de intereses.
6.
Mantén una buena alimentación...
Son días
de comer cualquier cosa fuera de casa, se rompe la costumbre de la fruta y se
pica de todo entre horas, no es mala esta anarquía veraniega, pero podemos
comenzar el día de manera saludable con un estupendo buffet-desayuno,
prepararemos entre todos una gran mesa llena de fruta de verano pelada o
lavada, podemos acompañarla de batidos, yogures y leche fría, además de los
socorridos cereales. También es bueno salir de casa con manzanas y zanahorias
para picar entre horas. De esta forma los excesos no desmadran la
alimentación y nos tomamos la pizza sin remordimiento de conciencia.
7.
Recuerda las normas...
No olvides
recordar las normas antes de salir de casa, que sean pocas y concretas, para
evitar en lo posible que los niños se metan en problemas. Es bueno que ellos
mismos las comenten y razonen el por qué, ya que les ayuda a interiorizarlas.
En algunas ocasiones conviene una puesta a punto de mantenimiento.
8. Ten
siempre un comodín en la manga...
No hay
nada peor que un niño en fase de aburrimiento. Lleva algún recurso extra
contigo, ese juego que has leído, las cartas para un rato de espera terrible,
adivinanzas, esa historia del enanito... Y acuérdate de usarlo antes de
perder la paciencia, te será muy útil.
9.
Recordaros mutuamente que estáis juntos...
El mejor
recuerdo es la calidad del tiempo que se pasa en buena compañía. Disfruta de
cada momento y párate a pensar que cada rato es único e irrepetible. Ofrece a
los tuyos lo mejor de ti, cuenta historias del verano, inventa cuentos en el
que los protagonistas sean ellos o el lugar dónde pasáis las vacaciones,
cantar juntos por muy mal que lo hagáis, etc. Si puedes, haz fotos de los
grandes acontecimientos de la vida de tus pequeños, con el tiempo recordamos
los acontecimientos mucho más al verlas y a ellos les encanta.
10. Aprovecha el verano para favorecer la autonomía...
Cuando
eres pequeño te encanta sentirte mayor y cuando eres mayor te quitas años,
contradicciones de la vida. A los niños les gusta comprobar todo lo que son
capaces de hacer. Si no han comprado nunca solos, les parecerá una auténtica
aventura ir a por el pan. Hacer unos macarrones o una tarta de chocolate se
puede convertir en el reto del verano y para los más mayores ganar media hora
para llegar a casa les puede suponer recordar el verano como algo especial.
11.
Prepárate para las reuniones familiares...
Estamos
deseando reunirnos con la familia, los niños tienen la oportunidad de
disfrutar con sus primos, esos recuerdos que tenemos de los buenos momentos.
Pero al poco tiempo se desajustan los ritmos de cada uno, las costumbres e
incluso la forma de educar a los niños empieza a crear fisuras. En primer
lugar, desdramatiza la situación sacando tu mejor sentido del humor y en
segundo lugar ten a punto tus reflejos para poner en práctica alguna
estrategia:
A)
Puede ser divertido montarles alguna aventura de grupo, como buscar un tesoro
pirata mediante pistas dejadas por los adultos o hacer de investigadores en
la desaparición de un collar de diamantes.
B) Los niños y los mayores necesitan estar entretenidos, recordar entre todos juegos de cuando erais pequeños, rayuela, comba, goma, pídola, canicas, etc. Y ponerlos en práctica con los pequeños de la casa. ¡Ojo con las lumbares! C) Los efectos sorpresa, como rodar una película creada por los niños, son salidas estupendas para estas ocasiones. Intenta acordarte en los momentos duros. D) Si has agotado tu capacidad de improvisación y tu paciencia, planea una actividad que te haga desconectar y crear un poco de distancia. ¡Ese pueblo que está a 1 hora y que tenías tantas ganas de visitar! ¡Ese viaje en globo que te hacía tanta ilusión! Respirar profundamente es bueno para todos.
12.
Reserva un tiempo para relajarte…
En estos
días de caos y actividades nuevas, es absolutamente necesario reservar un
tiempo para uno mismo. Planea leer algún libro, nadar un rato a solas, darte
un baño con sales relajantes o cualquier otra actividad que te reconforte, es
una buena forma de recargar las pilas y sentirte bien.
¡¡¡ FELIZ VERANO!!!
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Os esperamos el uno de septiembre.
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